Columnistas
El fenómeno del hambre y su relación con el Pensamiento Social Cristiano
Si los alimentos se distribuyeran de manera más justa, alcanzaría para cubrir los problemas de hambre de los países más pobres.

1 de jun de 2025, 12:47 a. m.
Actualizado el 1 de jun de 2025, 12:47 a. m.
Por Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura.
La Iglesia, en su afán de servir a la humanidad, establece instituciones y programas en favor de los más pobres y necesitados, inspirada en la Doctrina Social. Aunque es consciente del problema del hambre en el mundo, no se queda tranquila o despreocupada como si no fuera su problema. En este sentido, algo que se hace en ciertas circunstancias difíciles son las ayudas de emergencia en ciertos casos particulares que no bastan para eliminar las causas que determinan un estado permanente de indigencia, de miseria, o de hambre (Mater Et Magistra 52).
También el Papa León XIII, en el número 4 del Cuadragésimo Año, nos muestra que la Doctrina Social inspira a la Iglesia sobre su verdadero papel frente al problema del hambre, que no solo debería enfrentarse como un mero acto de caridad, sino como un problema de justicia. Esto hace pensar que la acción en favor de los pobres y de los que tienen hambre va más allá de la limosna humillante y del favorecimiento de entidades injustas o de legisladores que toleran esas situaciones.
Frente a estas situaciones tan preocupantes, el Papa Francisco nos recuerda que no podemos ser indiferentes porque vamos en el mismo barco: “Recordemos que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos”, (Fratelli Tutti 32). Por lo tanto, el problema del hambre debe ser un problema de toda la humanidad y es una responsabilidad de todos con un compromiso efectivo y concreto. Si los alimentos se distribuyeran de manera más justa, alcanzaría para cubrir los problemas de hambre de los países más pobres.
Frente a este problema del hambre y de todos los problemas humanos, la Iglesia seguirá elevando su voz y su determinación en la lucha contra el hambre, unida en el compromiso con los objetivos del Desarrollo sostenible y con su misión de amor dejada por Jesucristo.
Mensaje escrito por el Arzobispo de Cali y sus obispos auxiliares para los lectores de El País.