Columnista
Abusos y delitos
La Gobernadora rechazó indignada el abusivo ‘acto istrativo’ y se dirigió con toda la razón al jefe del Gobierno, quien desde la misma China envió mensaje tratando de asustar a los vallecaucanos.

23 de may de 2025, 02:55 a. m.
Actualizado el 23 de may de 2025, 02:55 a. m.
Es inaceptable lo que ha ocurrido con el Valle del Cauca y con su gobernadora, Dilian Francisca Toro, cuando el desenfrenado señor Benedetti, ministro de Gobierno, en una clara agresión a esta y a nuestro Departamento y, por supuesto, contra todo derecho, expresa que no se permitirá el giro de los dineros que en el presupuesto nacional corresponden a nuestra región. Tal acción, por sí misma, es un delito de abuso de autoridad; y naturalmente que esto y muchas otras cosas, son como la notificación de que la dictadura se nos vino encima.
Argumenta Benedetti que la doctora Dilian no permitió que dos senadores de su grupo político votaran a favor de la discutida y derrotada consulta popular que había postulado el presidente Petro y que, ciertamente, era el inicio de la afrentosa campaña para su reelección presidencial, que es como la meta de sus ambiciones inmediatas, contando con que el pueblo le obedece y con su ‘respaldo’ hace lo que sus ambiciones proyecten. Por supuesto, el señor Benedetti, al proceder en violación de todo el derecho, había recibido desde China órdenes del señor Petro de ‘castigar’ a la mencionada Gobernadora y a su departamento.
La Gobernadora rechazó indignada el abusivo ‘acto istrativo’ y se dirigió con toda la razón al jefe del Gobierno, quien desde la misma China envió mensaje tratando de asustar a los vallecaucanos. Dijo que la Gobernadora había “partido las aguas” y ya no existiría más como la mandataria del Valle del Cauca.
Todo este conjunto de sucesos, a simple vista, pareciera un imposible ético y jurídico. Que el derecho no exista y que el gobernante pudiera arrogarse represalias abusivas y delictuales contra alguien porque no se convierte en su lacayo, sin importar una higa que el presupuesto nacional es una ley de obligatorio cumplimiento y su deliberada omisión constituye delito muy grave para quien debe ser el guardián de la heredad, como llamaron en lejanos tiempos al encargado del gobierno. Están tratando de cambiar la historia, como lo hicieron los dictadores de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Se va a producir, con participación de las fuerzas económicas y sociales y de estudiosos del derecho laboral, una reforma en busca de nuevas conquistas, sin que se castigue la producción, ni se reduzca el empleo. No puede ser impositiva ni demagógica como pretende el régimen.
Pero el gobierno, que busca implantar la lucha de clases movida por el odio, reviviendo en su narrativa épocas tormentosas como la esclavitud, busca sacar partido con ideología marxista de ese enfrentamiento. Y suelta en todas partes su discurso demagógico y de odio, sin que se le escapara desempolvar la bandera de la ‘guerra a muerte’ que, por circunstancias horrendas de grandes fusilamientos, debió afrontar el Libertador, de quien quiere el señor Petro sentirse su encarnación. Porque en su narcisismo él se siente Bolívar y además Aureliano Buendía a pesar de ser solo una figura literaria.
Con ese ego golpea a su amiga Laura Sarabia, a Leyva y a Gustavo Bolívar. Y tuteaba al papa Bergoglio y ahora lo intenta con León XIV. ¡Ah! Vanidad de vanidades y solo vanidad, que hablara el rey Salomón. Y en su delirio de grandeza, ha cometido el sacrilegio de apoderarse de la espada del Libertador, como para indicar que quien no esté con él, está contra él, como lo aseguraba Mahoma.
Que sepa entonces el señor Petro que en el Valle del Cauca respaldamos a la gobernadora Dilian Francisca y que llegaremos hasta las últimas consecuencias jurídicas para que el progreso y el derecho triunfen, sin que pueda amedrentarnos aquel vicioso -ese sí esclavista- que pretende ser un dictador: Gustavo Petro.
ha desempeñado puestos públicos como juez del Circuito, Conjuez del Tribunal de Cali, Secretario de Gobierno de Cali y alcalde encargado, embajador de Colombia en Polonia y en la ONU. Ha sido delegado a varias conferencias internacionales como la OIT en Ginebra