La sabiduría de escucharnos

Una cualidad que deberíamos tener todos los seres humanos es la de sabernos escuchar entre diferentes y tener siempre la sabiduría de entender que mi verdad no necesariamente tiene que ser la verdad del otro y menos creer que se tiene que descalificar a otras personas por la sencilla y elemental razón de pensar diferente.

Escuchar nos permite conocer y entender mejor las opiniones y razones de otros, corregir los errores de apreciaciones apresuradas y percibir que puede haber muchos anhelos en común.

¡Qué importante sería para la Democracia, la convivencia pacífica y el futuro de los pueblos que las personas con mayor responsabilidad estatal, política, económica y social, hicieran un alto en sus vidas y se sentaran en cualquier lugar público a escuchar a la gente sobre sus angustias cotidianas! Que se atrevieran a preguntarles, sin ningún tipo de cálculo político, cómo se imaginan ellas, que deben ser los gobernantes o las personas con mayores poderes políticos, económicos y sociales, pero sobre todo cómo debe ser Colombia en los próximos años.

En esa perspectiva, me gustaría invitar a algunos amigos de la diversidad política y social, para que, en los próximos meses, en diversos sitios públicos del país nos sentemos a escuchar a la gente sobre sus opiniones e iniciativas, lo mismo que sobre sus temores, sobre la Colombia que creen necesaria en el futuro y sobre los mínimos nortes éticos que deben primar para lograrlo, como la cero tolerancia con la corrupción, la mentira, la violencia, las desigualdades sociales, la contaminación ambiental y con todos aquellos que conciben al Estado como su ‘vaquita lechera’.

En esa perspectiva de ir encontrando temas comunes para la Colombia del futuro, son muy importantes iniciativas que permitan escucharnos más como la de Unidos en la Diferencia, pero también la de escuchar, sin prevenciones y descalificaciones, a las personas que desde la diversidad política y social se vienen promoviendo como candidatos a la Presidencia de la República para el período del 2026 al 2030. En igual sentido, también deberíamos hacerlo con los principales dirigentes empresariales y sindicales sobre el proyecto de ley que recientemente el presidente Petro ha presentado a estudio del Senado sobre las doce preguntas que contiene su iniciativa de consulta popular.

A manera de reflexión democrática y sin temor a equivocarme, personalmente considero que si en Colombia, hace varios años hubiéramos encontrado el camino de escucharnos más y descalificarnos menos, posiblemente hoy tendríamos un mejor país, sin tantos odios, violencia y delitos como la corrupción, narcotráfico y violencia en todas sus modalidades. Como nunca es tarde para empezar, con todo respeto considero que esa es la ruta a seguir en el próximo futuro.

En ese camino, considero que el papel del diario El País y de la Cámara de Comercio de Cali, entre otras muchas instituciones públicas y privadas, son claves para promover la cultura de escucharnos sin descalificarnos y en la tarea de contribuir a la construcción de una visión de la Colombia que necesitamos a nivel político, económico, social y ecológico para consolidarnos como país en progreso y ejemplo a seguir en la región de las Américas.

De mi parte, y sin ningún tipo de contraprestación personal, me ofrezco voluntariamente para contribuir a tan nobles propósitos democráticos, que nos ayuden a pensar más en las cosas que nos unen que en las que nos dividen. Coordinemos esfuerzos para salir de este clima de polarización que tanto daño nos hace a todos y a todas.