Columnistas
En defensa de Arias
Hoy el Cali es un equipo en obra negra, que está trabajando con cemento, pala y ladrillos.

10 de abr de 2025, 02:50 a. m.
Actualizado el 10 de abr de 2025, 02:51 a. m.
Una gran cantidad de hinchas y periodistas han calificado a Alfredo Arias, técnico del Deportivo Cali, como un conformista, rasgo que, en nuestra cultura, define a una persona que se contenta con lo básico, lo mínimo, sin ir por más así tenga las herramientas para hacerlo. Todo, porque luego de cinco empates seguidos y pocos goles a favor, el uruguayo dijo que se sentía tranquilo y que creía que su equipo iba por buen camino.
De hecho, en una rueda de prensa reciente, Arias tuvo un encontronazo con un reportero que lo cuestionó sobre ese tema, porque, históricamente, lo que siempre se ha esperado de un equipo grande como el Cali es que gane, juegue bien y alegre a la tribuna con goles. Sin embargo, hoy el equipo está lejos de poder ofrecer eso que muchos añoran.
Así no les guste, lo cierto es que este Cali es un equipo que apenas se está levantando de la hecatombe deportiva y económica del último tiempo, y que Arias, con muy poco (porque en realidad tiene poco) ha formado un equipo que al menos se sabe defender, algo que el club no había tenido en los últimos tres años, donde recibió más de 50 goles por temporada.
Hay una frase famosa del fútbol que dice que los grandes equipos se construyen de atrás hacia adelante, y Arias en este 2025 ha apelado a esa máxima para devolverle la competitividad a un equipo que en los primeros cuatro meses del año solo ha recibido siete goles en doce partidos, sacando el arco en cero en seis oportunidades.
Un equipo de fútbol es como una casa: lo primero que debe tener son cimientos sólidos. Porque de nada sirve crear una propiedad bonita y que le guste a todo el mundo si con el primer vendaval o temblor la estructura se viene al piso.
Hoy el Cali es un equipo en obra negra, que está trabajando con cemento, pala y ladrillos. Y no entender eso es tener una lectura desacertada del juego y de la realidad. No le puedo pedir espectáculo a un equipo que tiene sus mejores jugadores del mediocampo hacia atrás. Al contrario, debo potenciar esa fortaleza y salir a buscar los resultados desde ahí.
Arriba el equipo también tiene talento, pero Jarlan y Reina son tan buenos como intermitentes; y arriba la muchachada que comanda el uruguayo Emiliano Rodríguez tiene ganas, pero todavía carece de madurez y precisión. Desequilibrarán y harán goles, pero deben seguir estando respaldados por la estructura defensiva que hace que la casa siga en pie.
Así suene duro, no podemos esperar que un equipo que hace poco estaba desahuciado juegue en menos de cuatro meses como el Barcelona o el Liverpool. Eso no es conformismo, es tener sentido común.
Periodista apasionado por los deportes, los goles, la literatura y la redacción digital. Vinculado a mi casa, El País, desde el 2013.