Columnista
Política y polimatía
Qué bueno que hoy presidentes, gobernadores, y alcaldes fueran verdaderos políticos demócratas elegidos por verdaderos ciudadanos, y que se rodearan de verdaderos polímatas; y solo después los especialistas.

5 de jun de 2025, 02:49 a. m.
Actualizado el 5 de jun de 2025, 02:49 a. m.
Política es el conjunto de actividades de la ciudadanía, para la toma de decisiones por parte del Gobierno, buscando el bien común de la sociedad. Político es el que se dedica a los intereses públicos. Ciudadano es el que en las sociedades democráticas participa con su opinión y voto en lo referente a los intereses públicos. Democracia representativa es aquella en la que la ciudadanía elige a sus representantes para que apliquen iniciativas previamente aprobadas. Polimatía es la sabiduría que abarca conocimientos sobre campos diversos de la ciencia, artes y humanidades. Polímata es un individuo que posee conocimientos que abarcan diversas disciplinas. (Wikipedia).
Leonardo da Vinci, uno de los polímatas más reconocidos, siempre estuvo relacionado con los poderosos, es decir con la política, y ellos con varios conocimientos a través suyo, además de por su trabajo como artista, como se puede leer en su última biografía, Vida de Leonardo, 2025, en la que Carlo Vece, su autor, agrega nuevos datos al respecto, que producen bellas ilusiones igual que lo hacen sus pinturas. Como La Gioconda, por su contenido simbólico, composición espacial y técnica; o las que además son muy interesantes, como la Última Cena, que como muchas obras renacentistas, tiene un significado político, no explícito, y refleja el contexto social, cultural y político de su época.
Qué bueno que hoy presidentes, gobernadores, y alcaldes fueran verdaderos políticos demócratas elegidos por verdaderos ciudadanos, y que se rodearan de verdaderos polímatas; y solo después los especialistas. Que sus asesores sean conocedores de los diferentes campos involucrados, y no apenas sus partidarios, reconocidos por la academia y los gremios. Que el voto de cada ciudadano tenga diferente valor en función de sus estudios comprobados. En conclusión, que sea cierto que lo que todos buscan sea el bien común de la sociedad, comprobable en sus acciones, y no basado solo en sus promesas, para lo cual primero hay que entender que es una sociedad.
Sociedad designa a un tipo particular de agrupación de individuos cuyas relaciones involucran cierto grado de comunicación y cooperación, que implica la transmisión de conocimientos mediante los estudios pertinentes en ciencia, artes y humanidades, a los que hay que agregar la geografía e historia del país respectivo y la de cada lugar en él; e infundir los comportamientos respetuosos de los otros mediante la educación cívica al respecto. Estudio y educación, sociedad en sus diferentes niveles ascendentes, en los que se apoyen los políticos de cada ciudad, región o país, y que, al contrario de lo que le pasaba a Leonardo, puedan concluir todo lo que empiecen.
Educación, entendida como ese antiguo proceso de información que facilita el desarrollo de habilidades y capacidades en el individuo, a través del aprendizaje, la construcción de conocimientos y la adquisición de experiencias; así como su formación estimulando virtudes y hábitos, información y formación que son fundamentales para la continuidad cultural y la adaptación del ciudadano a su entorno urbano, paisajístico y arquitectónico es decir la geografía y la historia de su ciudad; estudios y educación a cuya cabeza deberían estar los polímatas de cada parte a cada nivel: desde la cuadra, el barrio, el sector, la ciudad, la región, el país y el mundo.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle. Ha sido docente en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, y en el Taller Internacional de Cartagena, de los Andes, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998.