Bienestar
Cuento terapia para el alma en Cali. Un evento imperdible para la salud mental
El psicólogo español Lorenzo Hernández Pallarés visita a Cali para presentar un espacio terapéutico donde los cuentos tocan las fibras sensibles de sus oyentes.

12 de may de 2025, 01:50 a. m.
Actualizado el 12 de may de 2025, 01:51 a. m.
Un oso se levantó en la mañana y se bajó de la cama, pero notó que había una nube sobre él, no comprendía por qué estaba ahí. Así que busco deshacerse de ella, corrió, sopló, cabeza arriba y cabeza abajo, pero no se iba la nube.
Desconsolado al haber intentado de todo y no lograr que se fuera esa nube, el oso empezó a llorar y la nube también lloró sobre él, luego se sintió mejor y la nube desapareció, ya se sentía mejor consigo mismo.
Este es un resumen del cuento ‘La pequeña tristeza’, historia original de Anne Herbauts, un libro ilustrado que nos lleva a meditar en los sentimientos de aflicción en nuestras vidas.
Las situaciones de amargura o melancolía en la vida van a estar presentes, pero a muchas personas les ha llevado a sentimientos más complejos como depresión y hasta el suicidio.
En Cali, durante los primeros meses de 2025, se han presentado 69 suicidios, una disminución en comparación con los 87 identificados en el mismo periodo del año anterior. De estos casos, la mayoría se presentan en hombres (78%).

El suicidio NO es un cuento
La cuentoterapia no es solo leer cuentos: es convertirlos en herramientas de transformación personal, emocional y espiritual. Esta disciplina, creada por el psicólogo español Lorenzo A. Hernández Pallarés, propone una forma única de acompañamiento a través del poder simbólico y sanador de las narraciones.
Bajo el lema “Cuentos para sanar, pensar, aprender y transformar”, la cuentoterapia reconoce que los relatos tradicionales son más que historias para dormir: son mapas del alma, símbolos que guían nuestro inconsciente.
A través de ellos, los seres humanos exploramos el camino hacia la felicidad, el amor, el equilibrio… pero también enfrentamos ogros, trampas y bosques oscuros que representan miedos y conflictos internos.
“Hace unos 37 años comencé a trabajar con lo que entonces llamaba la salud mental a través de los cuentos. Fue en un centro de formación del profesorado en España, aunque ya venía explorando desde antes el vínculo entre los cuentos y la educación emocional”, cuenta Lorenzo A. Hernández Pallarés.
“Con el tiempo, me di cuenta de que ese nombre era muy largo, así que acuñé el término ‘Cuentoterapia’. Lo registré legalmente hace unos 20 años y desde entonces he desarrollado toda una metodología en torno a la sanación emocional a través de los cuentos”.
Precisamente el cuento de ‘La pequeña tristeza’, es uno de los que trabaja Hernández en varias de sus charlas y con el que ha tenido varias experiencias por parte de quienes asisten a sus talleres.

Trayectoria y experiencia
En su trayectoria, Hernández también ha trabajado por 43 años como psicólogo educativo, dirigiendo equipos de atención a niños con dificultades de aprendizaje y problemas emocionales.
“He coordinado programas de prevención del suicidio infantil y juvenil, un tema cada vez más urgente, especialmente tras la pandemia. En ese momento, diseñé un plan para ayudar a los niños a prepararse emocionalmente para el duelo, la pérdida y la vuelta a la escuela”.
En cuanto a su trabajo para la prevención del suicidio, comenta: “Hoy en día, aplico el modelo de prevención de suicidio de Klonsky y May, que habla de los tres pasos entre la ideación suicida y el acto suicida. Es un modelo muy útil porque permite una detección temprana, especialmente en niños y adolescentes, que son los más afectados desde 2023”?.
El psicólogo comenta que hay uno de los fenómenos preocupantes es el llamado efecto copy-paste, que se refiere a la influencia de figuras públicas sobre los jóvenes.
“Por ejemplo, cuando Kurt Cobain, el vocalista de Nirvana, se suicidó, muchos de sus seguidores lo imitaron. Este fenómeno ya había sido descrito siglos antes cuando Goethe publicó ‘Las penas del joven Werther’, lo cual llevó incluso a prohibir su libro por una ola de suicidios entre los jóvenes de la época”.
Para él y muchas de las personas que han participado de la cuentoterapia, es que además de ser una herramienta de sanación, también permite hablar de temas difíciles como la depresión y el suicidio desde una narrativa cercana, emocional y adaptada al contexto cultural.

“En Cali, estaré compartiendo todo esto con el público, no desde el academicismo, sino desde un enfoque humanista y divulgativo, como me gusta hacerlo: con cercanía, emoción y compromiso”, explica.
Hernández también habla de otros casos como en Japón, donde se ha observado un fenómeno. Durante años se evitó hablar del suicidio en las escuelas por miedo a que mencionarlo lo potenciara.
“Esta creencia, aunque comprensible, ha tenido consecuencias negativas. Al no abordar el tema ni implementar programas de prevención, se dejó a los niños y jóvenes sin recursos emocionales ni herramientas para afrontar pensamientos suicidas. Evitar el tema no lo elimina; al contrario, lo vuelve más peligroso”.
Es importante, también, no idealizar a quienes se suicidan. Existe el riesgo de crear un “efecto llamada” o de glorificar el suicidio de manera indirecta, según explica este psicólogo español.
Frente a esto, ha surgido un enfoque alternativo al que él pertenece y que se ha denominado ‘el efecto Papageno’.

“¿Conoces a Papageno? Es un personaje de La flauta mágica, la ópera de Mozart. Papageno es un hombre-pájaro que, en un momento de desesperación, decide suicidarse. Pero justo cuando está por hacerlo, aparecen unos niños y le presentan a una pajarita. Él se enamora, redescubre la belleza de la vida y decide seguir viviendo. A partir de este personaje se ha desarrollado el llamado efecto Papageno, que propone que, contra el suicidio, lo que realmente puede funcionar es el amor a la vida, no la culpa ni el miedo”, comenta.
Decirle a alguien: “No te suicides, qué lástima, nos harás sufrir”, no ayuda. Al contrario, refuerza el aislamiento y la tristeza. Lo que realmente puede marcar la diferencia es ayudarle a esa persona a reconectar con la vitalidad, con el deseo de vivir.
“Ahora bien, ¿quién puede hacer esto? Los profesionales de la salud pueden intervenir cuando el problema ya está muy avanzado, pero la prevención debe estar en manos de quienes están más cerca: los maestros, los medios de comunicación, la familia. La cercanía emocional y cotidiana es clave. Por eso, los padres, hermanos, docentes, periodistas, deben tener herramientas para identificar señales y actuar con sensibilidad”, puntualiza.

En esta faena de llegar a más personas con este tema el Restaurante Ringlete, bajo la dirección de Martha Jaramillo, ofrece su espacio para que este evento se pueda llevar y como dice su propietaria, “el propósito fundamental de Ringlete va más allá de servir un plato de comida. Nuestra visión es que, en una mesa, en medio de una buena comida, pueden suceder muchas cosas significativas”.
“En una mesa, en medio de una buena comida, puede suceder todo. Creemos que un restaurante no debe existir únicamente con fines económicos o personales. Ringlete busca ser un espacio transversal, un lugar que construya redes, que camine junto a la ciudad y sus habitantes, y que se conecte con otros temas más allá de lo gastronómico. Porque alimentarse también es encontrarse, compartir y crecer en comunidad”.
Taller: “El suicidio NO es un cuento… pero si yo te contara”
- Lorenzo Hernández impartirá este taller el día martes 13 de mayo desde las 4:30 p. m. a 9:00 p. m.
- Lugar: Ringlete – Calle 15A Norte #9N-31, Barrio Granada.
- Info y reservas: 315 269 8562.
Organiza: Asociación Iberoamericana de Cuentoterapia.
Comunicador social y periodista de Univalle, a la que le debo todo. Bailador caleño, realizador y apasionado por el cine documental, como dice Patricio Guzmán: "Un país que carece de cine documental es como una familia sin álbum de fotografías".